A L.: G.: D.: G.: A.: D.: U.:
S.: F.: U.:
Empiezo comentándoles de corazón, que el único Secreto que buscamos incansablemente, masones y no masones, radica en el conocimiento de Sí mismo, lo mismo que se encontraba inscrito en el Oráculo de Delfos hace 3000 años atrás, es lo que sustenta nuestra infranqueable búsqueda de sentido en cuanto a los deberes para con uno mismo.
¿Y... esto qué significa?
Pues, que el que ha tomado la decisión de iniciarse masón, debe encontrar las 3 ramas de la Armonía Universal, y que en algunas ocasiones, muchas religiones, incluyendo el Cristianismo, el Islámismo y el Judaísmo, tienen como norte. En un primer término (y desde una perspectiva trascendente) están los deberes del hombre para con Dios.
En Último término, se encuentran (desde una perspectiva inmanente y netamente terrena, física y cuantitativa) los deberes del hombre para con sus semejantes, es decir, para con el resto de seres humanos. Y esto incluye al Prójimo y al distante.
Y en el término medio como ya señalé, tiene un inobviable deber, sin el cual se hacen incomprensibles los 2 anteriores, y siendo un justo medio, encuentra su virtud, en el autoconocimiento, el conocerse a sí mismo.
Si un ser humano llega a esta feliz meta, y etiquetado deber, está en capacidad de comprender a "Dios" desde su ser, con su adecuada comprensión de la realidad, y al "hombre" desde su ser, también, experimentando en carne propia lo que significa ser humano, ser limitado, ser débil. Ya lo dijo Green, que ser humano, es también un deber.
Entonces, en la masonería, nos buscamos a nosotros mismo y nos autoperfeccionamos por el estudio; buscamos al prójimo y coperfeccionamos su ser aportando de nosotros en el amor fraterno, la práctica de la Caridad y la Filantropía , y buscamos a Dios y nos maravillamos de su inaccesibilidad , el Gran Arquitecto del Universo, y aprendemos a hacer que nuestras obras imperfectas, se perfectibilicen en su arquetipo y ejemplo, en sus enseñanzas manifestadas históricamente, en tantos hombres y mujeres que le conocieron, siguieron, y practicaron la santidad de vida, cultivaron la moral, y simplemente amaron.
Esas 3 cosas, el Yo, el Tú y el Él, son nuestros senderos.
Y cada masón, recrea su vivencia de la masonería en mayor o menos grado, trabajando paulatinamente, equilibradamente, estas tres áreas, buscando la Entropía y resistir a cada elemento, y el peso propio que implica cada compromiso.
Es la masonería pues, una escuela de vida, donde caben todos los humanos, y Dios también...
S.: F.: U.:
Plancha Inédita, preparada Expeditamente para este Blog.
Q.:H.: J.: C.: R.: P.: (Filósofo)
Resp.: Log.: Juan Manuel Cajigal N* 177
Al Or.: de Barcelona.
Viernes, 30 de enero de 2009
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